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Sexo tántrico

No todo el mundo conoce realmente lo que es el tantra y el sexo tántrico. Para empezar, aunque el erotismo juega un papel realmente importante en todo esto, nada tiene que ver esta doctrina con lo que muchos consideran comportamientos pornográficos y, de hecho, ni se le parece. Para quienes no lo sepan será una gran sorpresa averiguar que el Dalai Lama, aunque no es muy conocido por este aspecto, es un alto maestro tántrico,o que en un curso de tantra, tal y como nos asegura la experta Maite Domènech, se aprende a sentir, a empatizar y a expresar sentidos y sensualidad sin necesidad de recurrir a ningún tipo de sexo explícito.

Y es que debemos comprender que el sexo tántrico se basa en el tantra, pero no es lo mismo. Las tradiciones tántricas, ya sean hindúes o budistas, son escuelas esotéricas milenarias que surgen sobre el fondo de religiones establecidas, con la característica esencial de emplear el cuerpo como centro del despertar, es decir, con el cuerpo como el espacio mismo del trabajo espiritual.  Hablamos de una filosofía que tiene más de 4.000 años de antigüedad y no tiene nada que ver con la masturbación ni con las relaciones sexuales.

Disfrutar del tantra significa disfrutar de la vida de tal modo que, al aceptarse uno tal y como es, deje de preocuparse por reacciones propias, o de los demás. Esto nos permitirá tener un mayor control de nuestros sentidos. Y precisamente esos sentidos son los puntos en los que se basa el sexo tántrico.

Las claves del sexo tántrico

Según Diego Jiménez, un experto sex-coach, las cuatro llaves de esta corriente oriental que son necesarias para conseguir una vida feliz y que, a su vez, son vitales para practicar el sexo tántrico son:

  • Vivir el presente: Si no estamos presentes con nuestros cinco sentidos en una relación sexual es muy fácil que desliguemos la mente de lo que estamos haciendo y acabemos por dejar de disfrutar del acto.
  • Aceptarnos a nosotros mismos tal y como somos, y a los demás: Es muy difícil sentirnos cómodos con nuestro cuerpo si estamos viendo todo aquello que no nos gusta de él todo el tiempo, es necesario gustarnos tal y como somos y aceptarnos con nuestras virtudes y nuestros defectos. Esconder la celulitis o disimular una nariz aguileña no nos va a beneficiar en casi ningún sentido, pues sólo estando felices con esos rasgos de nuestro cuerpo es como realmente estaremos en paz con nosotros mismos. Y, del mismo modo, debemos aceptar el cuerpo de la otra persona.
  • Seguir un movimiento armónico y fluido: No sirve de nada que cada uno vaya a un ritmo diferente. La pareja debe bailar al mismo son para poder caminar juntos hasta el final.
  • Expresar lo que sentimos y pensamos: Callar lo que nos gusta y esconder lo que no, no va a ayudar en nada a nuestra relación sexual. Es necesario decir lo que pensamos e incluso pedir lo que queremos recibir ya que, si no lo pides, puede que nunca lo sientas. Debemos ser libres en la pareja, de modo que podamos pedir aquello que nos gusta y negarnos a hacer lo que no nos gusta con total libertad de acción.

Lo importante es respirar, sentir, confiar, adorar el cuerpo, olvidar el tiempo, danzar, tener preliminares eternos y no escondernos ante anda.

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