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Nomofobia, miedo a…

Todos sabemos que las fobias son miedos irracionales a algo que en realidad no nos hace daño. La ansiedad que produce una fobia puede llegar a causar un deterioro en el día a día de la persona. Las hay de todo tipo y cada persona puede sufrirla en mayor o menor medida. Desde un simple miedo irracional a los espacios cerrados que se pueden manejar sin ayuda pues la persona sabe gestionarla a la agorafobia que impide a quienes la padecen salir de sus casas.

Una de las últimas fobias que empiezan a padecerse de forma habitual es la Nomofobia. Este miedo irracional a perder el móvil o no tener acceso a él, cada día trae más de cabeza a un sector de la población.

La gente joven que ha crecido pegada a la pantalla de un móvil, encuentra cada vez más frecuentemente, una mayor comodidad a la comunicación a través de las pantallas de sus teléfonos. Se pierden los miedos a ser uno o una mismo al mismo tiempo que se sienten más libres para mostrarse como son. Al final eliminando esos miedos normales, se acaban generando los irracionales.

Muchos de esos jóvenes no saben ni conciben el hecho de vivir sin un teléfono móvil. Privarles de la pantalla o los datos del teléfono puede suponer para ellos el mayor de los problemas.

De forma generalizada, las adicciones suelen resultar vías de escape ante realidades emocionales que nos causan dolor. Para evitar sufrimiento se utiliza un mecanismo de evitación que lleva a las personas a repetir de forma constante un patrón de algo que le hace sentir bien.

En este caso, los móviles reportan un bienestar a los que lo utilizan. Se sienten a salvo y aliviados ante la presencia de sus pantallas. Observando redes sociales, haciendo búsquedas en internet o interactuando con sus amigos o amigas, incluso con desconocidos. Así pasan el tiempo la mayoría de los jóvenes, sin que sea un problema. Este surge, cuando ante la imposibilidad de acceder al aparato, aparece la ansiedad.

¿Es realmente una adicción?

En la actualidad, la Nomofobia no se encuentra clasificada en el Manual Diagnostico DMS-IV-TR en el que se registran los trastornos y enfermedades mentales existentes. Aunque todo apunta que no se tardará mucho en ser incluido en sus páginas debido a los estudios sobre dependencia hacia el móvil que se vienen realizando.

Los expertos y expertas de Gestalt Psi, consideran que el grado de ansiedad e inquietud que presentan algunas personas ante el hecho de no disponer del teléfono, es equiparable al que presentan los adictos.

Teniendo en cuenta que todas las posibilidades que ofrece la tecnología móvil al usuario lo convierten en aparatos altamente imprescindibles, aprender a diferenciar entre adicción, necesidad o utilidad, puede ser complicado.

Los teléfonos se han convertido en los últimos años en un apéndice más del cuerpo humano, Por esa razón, existe una parte de la población a la que la separación le produce un gran dolor. No soportan siquiera la idea de olvidarlo en casa.

Sabiendo que las adicciones generan dependencia, y por ello son adicciones, muchas personas son irremediablemente, adictas al teléfono móvil. El grado de ansiedad y malestar que pueden llegar a mostrar y sentir las personas que sufren nomofobia, es tal que entran en conflicto consigo mismos. Pueden llegar incluso a volver a sus casas en busca del teléfono o buscar un cargador si es por no tener batería. Con lo que conlleva el pensar que están desconectados durante ese periodo de tiempo. El comportamiento de estas personas puede resultar irracional debido al estrés al que se ven sometidas por sí mismas.

Por tanto, ¿la nomofobia puede considerarse una adicción? En algunos casos, sí. El uso del móvil no constituye de por si ninguna dependencia. Todo el mundo lo utiliza, lo lleva encima y pone en el móvil toda la información sobre su vida que se puede incluir. Sin embargo, existen estudios, en los que se demuestra que un cincuenta por ciento de la población es dependiente del teléfono móvil.

Se debe entender como dependencia, al uso excesivo e inadecuado del teléfono, unido a una necesidad patológica de tenerlo siempre a la mano y no quitarle la atención.

Es cierto que la forma de relacionarse socialmente actualmente deja poco espacio a como nos relacionábamos hace unos años. La facilidad, inmediatez y el grado de privacidad que ofrece la comunicación por estas vías, son beneficiosas para la gran mayoría. Además que con ello puedes evitar enfrentarte a ciertas situaciones que pueden resultar incomodas.

Si privas a una persona de estos beneficios a la hora de comunicarse, puede no saber cómo desenvolverse y por tanto, generar también ansiedad. Aquí estriba uno de los problemas, pues el hecho de no saber distinguir entre los beneficios nada discutibles ni desdeñables de la comunicación por móvil, puede conllevar a un uso desmedido y sus consecuencias.

Algunas preguntas para saber si tienes nomofobia

De manera meramente orientativa, puedes hacerte a ti mismo o misma, una serie de preguntas y así averiguar si tienes algún grado de dependencia del móvil. Sobra decir, que esto no constituye ningún diagnostico en sí, eso solo puedes recibirlo por parte de un profesional.

  • Se acaba la batería de tu móvil, ¿sientes ansiedad o inquietud?
  • ¿Te dicen continuamente que estas enganchado?
  • ¿Sientes que el teléfono interfiere en tu concentración durante cualquier actividad, estudios, trabajo etc.?
  • ¿Revisas de forma continua notificaciones pese a tener el móvil delante y saber que no hay novedad?
  • Si estas conduciendo y entra un mensaje que no puedes leer ¿llamas de inmediato porque no puedes leerlo o lo lees y contestas pese a la temeridad?
  • ¿No te separas del teléfono cuando cambias de estancia en la casa?
  • ¿Atiendes llamadas que no son importantes cuando estas con otras personas?
  • ¿Utilizas llamadas y mensajes para evitar enfrentarte a situaciones físicamente?
  • Si olvidas el móvil ¿piensas continuamente en él y sientes como si algo te faltase hasta que lo recuperas?
  • ¿Utilizas el teléfono donde no se puede hacer uso del mismo?
  • Si te levantas por la noche ¿revisas el teléfono antes de volver a la cama? ¿Hablas hasta tarde perdiendo horas de sueño?

Cuantas más respuestas afirmativas, mas necesidad del teléfono existe. Tal uso del teléfono conlleva más efectos negativos que positivos. Desde la perdida de concentración que puede bajar el nivel de estudios o trabajo, hasta la perdida de interés por relacionarse con las personas de forma tradicional. Pasando por ponerse a uno mismo y a los demás en situaciones de riesgo cuando se utiliza sin mirar por la calle o mientras conduces.

El uso desmesurado del teléfono móvil puede generar una inestabilidad anímica debido a la continua atención que se le presta a quien se comunica con nosotros por ese medio. A parte de conllevar una enorme pérdida de tiempo de la que en numerosas ocasiones, no se es consciente.

Para aquellos que sientan que pueden padecer nomofobia, la ayuda profesional se encamina a llevar a cabo una evaluación en profundidad del uso que se hace del teléfono móvil. Estudiando los momentos en los que la persona sienta mayor malestar o ansiedad frente a la ausencia del teléfono y señalando las acciones más relevantes que se llevan a cabo con él.

Una vez se define el problema real, su profundidad y las posibles variables, se determina un plan de acción que se orienta, al contrario que ocurre con otras adicciones, al correcto uso del teléfono y no a la eliminación absoluta del mismo.

Dentro de todo, la adicción al móvil, es algo que se puede controlar y no parece de momento, conllevar males mayores que algunas crisis de ansiedad.

 

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