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Conoce los beneficios del Zen y cómo iniciarse en la práctica

El zen es una escuela del budismo mahāyāna, y el término proviene de la abreviación de zenna, que a su vez proviene del sánscrito dhiana, que significa ‘meditación’. El zen busca la experiencia de la sabiduría más allá del discurso racional, y se desarrolla a partir de distintas escuelas budistas, aunque aparece por primera vez en China en el siglo VII, luego se dispersó hacia el sur a Vietnam y al este a Corea y Japón.

Aprender a meditar

Para meditar es fundamental encontrar un lugar relajante y libre de distracciones. Puedes hacer un con conchas de mar, piedras, flores, u otros elementos que te gusten y te transmitan paz, o bien simplemente encender velas o incienso.

Porque como dicen en Inspirare, escuela de meditación, todo empieza con una llama de creatividad, porque este es el fundamento de la vida. Cultivar una mente serena desvela la inspiración necesaria para embarcarse en la aventura de la vida. Inspirare es una escuela de meditación y un espacio de psicoterapia integral en Málaga cuya misión es el amor, la verdad y la belleza al servicio del crecimiento y del desarrollo consciente y armónico, tanto personal como colectivo. La base de su trabajo en las clases de meditación es nuestro propio compromiso y la confianza en la integración innovadora de las filosofías y ciencias orientales y occidentales.

La directora del centro, Arantxa Martínez Lázato, es escritora, docente y acompañante filosófica. Escribe poesía y textos divulgativos sobre tradición y creación poética, filosofía y meditación.

Con estudios de Filosofía y Letras, se especializoó en la investigación de la filosofía de las tradiciones de Sabiduría Perenne y de los caminos de meditación no-dual. Meditadora y caminante, su leitmotiv está marcado por la intuición estética hacia el encuentro del conocimiento, la trascendencia y la belleza. Además, Arantxa, acompaña a personas y grupos a conocer su canción y, nómada por toda expresión filosófica y artística, investigo y vivo la poesía como vía de conocimiento desde su presencia en las tradiciones perennes hasta su manifestación más experimental y de relación con otras artes.

Aprender a meditar paso a paso

  1. Encuentra una posición en la que estés cómodo, mejor sentada que acostada, por ser fieles a la tradición y al término, ya que la traducción literal de “zazen” es “meditación sentada”. . Lo que más importa es que te sientas cómod@ y mantengas tu espalda recta.
  2. Si te sientes capaz, intenta hacer la posición de medio loto (Hankafuza) o la posición de loto completo (Kekkafuza). Pero si te duele, pasa de todo y elige la postura que más te guste, ya que pueden ser una distracción.
  3. Pon la cabeza de manera que te sientas cómoda, recordando que no debes hacer nada para tensar tu cuerpo. Sostén tu cabeza en una posición lo más natural posible y sin provocar tensión en el cuello. Lo ideal sería que la columna vertebral estuviera alineada con el cuello, en línea recta.
  4. Meter la barbilla ayuda a alinear la columna vertebral y el cuello.
  5. Relaja la mandíbula y los músculos faciales. Si lo necesitas date un masaje para soltar los músculos.
  6. Respira a través de la nariz, ya que conseguirás una sensación de enfriamiento y calentamiento a medida que inhalas y exhalas.
  7. Concéntrate en la respiración, tanto como sea posible. Presta atención al ritmo de inhalación y exhalación y al aire que pasa a través de tus pulmones. Esfuérzate por estar lo más consciente posible en todas y cada una de tus meditaciones.
  8. En cuanto a los ojos, puedes mantenerlos abiertos o cerrados a la mitad, o puedes cerrarlos por completo. Ve cambiando si lo crees conveniente ya que algunas personas creen que la o mejor es tenerlos cerrados, pero después se dan cuenta de que prefieren mantener la mirada hacia algún objeto o bien, mantenerlos a medio cerrar concentrándose en una imagen mental. Todo vale en este sentido.
  9. Intenta no pensar en nada, pero si lo haces, redirecciona tu mente, concéntrate en tu respiración. Es normal que te pierdas la concentración. Por eso, lo mejor es empezar con dos minutos de meditación, y a medida que te sientas más cómodo meditando, puedes aumentar el tiempo.

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