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Bolsas de rafia: un elemento cada día más habitual para la protección del medio ambiente

Que el planeta vive una situación de emergencia que va mucho más allá del coronavirus es algo de lo que no nos debemos sorprender en los tiempos en los que nos encontramos. Hablamos de un asunto como lo es la emergencia climática y la degradación del planeta, que es uno de los grandes retos ante los que tenemos que trabajar con dureza y que, desde luego, está ocasionando severos daños a la flora y fauna de la Tierra. Quien piense que el ser humano no va a estar condicionado por esta situación tarde o temprano se equivoca por completo.

No solo se necesita una acción determinada para cuidar de nuestro planeta, sino que hace falta una estrategia compuesta por diversas acciones que persigan diferentes objetivos. No es lo mismo intentar que los desechos terminen en el mar que impedir que siga creciendo el agujero de la capa de ozono. Las dos opciones son compatibles, por supuesto, y las dos requieren de una acción del ser humano que sea pronta y eficaz. Ninguna de estas dos cuestiones merece ser olvidada. Es un asunto de salud pública en el que nadie puede hacer oídos sordos.

La verdad es que, por desgracia, todavía son muchas las personas que hacen precisamente oídos sordos a los llamamientos de emergencia que se están emitiendo para cuidar de nuestro entorno. Un ejemplo de ello es una noticia que fue publicada en el portal web del diario La Vanguardia, en la cual se indica que, en el interior de nuestras fronteras, todavía se usan 180 bolsas de plástico por habitante y por año. Esto no puede seguir así y, desde luego, hay que poner todo nuestro empeño en la reducción del consumo de estas bolsas si queremos hacerle un favor a nuestra querida Tierra.

Hay muchas alternativas para tratar de reducir el consumo de esas bolsas de plástico de las que estamos hablando. Otro artículo, en este caso publicado en la página web del diario 20 Minutos, hacía acopio de alguna de ellas:

  • Las bolsas ecológicas de tejido sin tejer, un material bastante resistente.
  • Las bolsas ecológicas de papel reciclado, que son, quizá, las que más estamos viendo a día de hoy por la calle.
  • Las bolsas ecológicas orgánicas.
  • Las bolsas de plástico biodegradable, también muy habituales en los momentos en los que nos encontramos.
  • Bolsas de lujo ecológicas.
  • Finalmente, las bolsas ecológicas de rafia.

Precisamente de estas últimas os queríamos hablar de aquí al final de este artículo. Las bolsas de rafia se están convirtiendo, poco a poco, en una alternativa usada cada vez por más personas, sobre todo en lo que tiene que ver con su compra en el supermercado. La resistencia de este tipo de objetos permite que su uso sea prácticamente infinito, lo que permite que ya no seamos tan dependientes del plástico y que, por ende, la situación de nuestra Tierra mejore. Y ese es el gran objetivo que debemos perseguir con cada una de nuestras acciones.

El aumento de la popularidad de las bolsas de rafia está haciendo que éstas sean cada vez un objeto de deseo mayor por parte de las personas y también de las empresas que ven como una buena oportunidad fabricarlas. Los profesionales de Cuerdas Valero, que se encargan de la venta de hilo de rafia entre otras cuestiones, nos han comentado que la demanda de este producto ha crecido mucho en muy poco tiempo, algo que nos hace pensar que se va a reducir el consumo de plástico de manera inmediata en nuestro país.

Seguir por este camino es necesario

Una de las premisas que no pueden desaparecer de nuestra cabeza es que no nos podemos alejar del camino que venimos siguiendo. Tenemos que construir un mundo que sea sostenible y, desde luego, una de las mejores maneras de hacerlo es continuar apostando por todas las técnicas que tengan que ver con la mejora de nuestro medio ambiente. Si nos olvidamos de ellas después de haberlas implementado, el daño que le estaremos haciendo a nuestra Tierra será devastador. Por eso, lo mejor que podemos hacer es generar hábitos sostenibles para que se vayan propagando entre las generaciones venideras.

No nos cabe la menor duda de que hay mucha gente preocupada por la salud de la Tierra y que trabaja sin descanso para tratar de mejorar el entorno en el que vivimos. Todas esas personas también se merecen un aplauso enorme puesto que su labor está siendo ardua y encomiable. Sin ellas, es bastante probable que la Tierra ya se encontrara en una fase terminal. Seguir por este camino no es solo necesario, sino que es la única vía para sobrevivir a largo plazo.

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