Empezamos cada año cargados de propósitos. Esperamos que el año siguiente sea mejor que el pasado. Que nos sintamos más a gusto. Eso incluye la apariencia de nuestra boca. ¿Por qué no aprovechar este tiempo para iniciar aquellos tratamientos dentales, que sabemos que necesitamos, y que hemos ido postergando a lo largo de los meses? Te sentirás más satisfecho contigo mismo.
La apariencia de nuestra boca importa. Muchas estadísticas señalan que los tratamientos dentales más demandados son aquellos que tienen que ver con la estética dental. Tener una dentadura sana y bonita nos sube la autoestima y ganamos confianza.
¿Cuántas veces hemos evitado sonreír para que no se vean las imperfecciones de nuestros dientes? Ese hueco pronunciado entre los incisivos de delante. Los dientes amarillentos de fumar o tomar café. Esos dientes mal inclinados.
Ocultar nuestra sonrisa nos hace más tímidos, más retraídos. Nos preocupamos en demasía en lo que pensarán los demás. Cuando nuestros problemas dentales están más extendidos de lo que pensamos. Sí, pueden haberse pronunciado por dejadez, por desidia, por habernos abandonado. Pero lo mejor de todo es que, aun así, tienen solución.
Como nos dicen los odontólogos de la Clínica HQ, en Tenerife, los avances tecnológicos hacen que los tratamientos de estética dental sean más rápidos y con unos resultados sorprendentes.
Estos son algunos tratamientos que pueden serte de ayuda.
Carillas.
Las carillas dentales son pequeñas láminas que se colocan sobre los dientes originales para recuperar su anatomía y su forma. Corrigen pequeñas imperfecciones en cuanto al tamaño irregular de un diente, una inclinación anómala, camuflan manchas que no podemos quitar y cubren los antiestéticos espacios dentales pronunciados.
A veces nuestros dientes sufren pequeñas fisuras por un mal golpe o una descalcificación. Con las carillas se refuerza el diente original y se evita que el problema vaya en aumento, manteniendo la operatividad de la dentadura.
Son como un maquillaje dental permanente, pero con efectos reparadores.
Las carillas más valoradas son las de porcelana. Por muy finas que sean tienen una duración estimada de 20 años y únicamente un 3% sufren problemas en su colocación. Estas fundas cerámicas se fabrican en un laboratorio especial, partiendo de la forma y el color del resto de nuestros dientes. Están hechas a medida.
Para colocarlas, el dentista necesita tallar ligeramente el esmalte del diente original, para evitar que aumente el grosor. Se adhieren al mismo por medio de un adhesivo especial bío-compatible.
La otra opción son las elaboradas con composite. Una resina que se aplica sobre el diente. En la misma sesión el dentista le va dando forma utilizando micro-fresas clínicas. Mediante aditivos, obtiene el color deseado y pasan desapercibidas con el resto de la dentadura. Su duración es menor.
Algunas ventajas son:
- Tratamiento mínimamente invasivo. A penas se toca la dentadura original.
- Materiales de calidad. Se fabrican con materiales cerámicos compatibles con nuestro cuerpo y de alta resistencia.
- Cubren una gran cantidad de imperfecciones. Se pone sobre el diente natural y parece que su esmalte está impoluto.
- Plena integración con el resto de la dentadura. Adquiere la forma y el color de los otros dientes, por lo que son prácticamente imperceptibles a la vista.
- Rápido e indoloro. En comparación con otros tratamientos dentales, es más corto, se colocan en unas pocas sesiones. Se trabaja directamente sobre el esmalte, sin tocar los nervios internos del diente, por lo que no produce dolor durante su implantación.
Las carillas requieren un cierto mantenimiento para que nos duren años. Es recomendable acudir dos veces al dentista para que limpie y pula las fundas, manteniéndolas en perfecto estado.
A los pacientes a los que se les ha colocado se les recomienda evitar hábitos como el tabaco o el alcohol, que las pueden deteriorar.
En el momento en el que se aprecian síntomas de bruxismo, apretamiento o rechinado de los dientes, es bueno comunicárselo al dentista. Esta patología puede romper las carillas colocadas.
También es recomendable no masticar alimentos duros con cierta frecuencia. Las carillas son resistentes, pero si las castigamos con una masticación fuerte, pueden resentirse.
Blanqueamiento dental.
En junio del 2022, el periódico digital Siglo XXI publicó una lista de los tratamientos dentales más solicitados en España. En los primeros puestos se encontraba el blanqueamiento dental.
Consiste en devolver el blanco perdido a nuestros dientes, y lucir de esa manera una sonrisa radiante. Varios factores intervienen en que nuestros dientes se vuelvan amarillentos o luzcan feas manchas en su superficie. El más determinante es el paso del tiempo, pero hábitos como fumar, tomar café o el uso de algunos medicamentos lo potencian.
Mediante la intervención del dentista, podemos blanquear la dentadura con dos procedimientos distintos:
- Foto activación.
Se realiza íntegramente en la clínica dental. El dentista aplica un gel blanqueador sobre la dentadura del cliente y lo activa mediante un arco de luz led. En una sola sesión de una hora se aprecia la diferencia con el color que tenía antes la dentadura. En unas pocas sesiones se obtiene el resultado deseado.
Hace unos años se popularizó el blanqueo por láser. Era lo más parecido a una limpieza instantánea. Para activar el blanqueador, en lugar de luz led, se utilizaba láser. Rápidamente, la comunidad odontológica rechazo este procedimiento, ya que era muy agresivo y ocasionaba deterioro en el esmalte. Los odontólogos tienen claro que por delante de la estética está la salud.
- Tratamiento ambulatorio.
En este caso, el dentista proporciona un gel blanqueador al cliente y le fabrica unas férulas plásticas, como una funda de la dentadura, para poder aplicárselo. En su casa, el cliente hecha un poco de gel sobre la férula y se la coloca durante unas horas en la boca. Generalmente, suele ser por la noche.
La férula esparce el gel por toda la dentadura y crea un espacio cerrado en el cual los productos químicos van disolviendo las manchas.
Cada cierto tiempo, el paciente debe acudir a la clínica dental para que odontólogo supervise como va avanzando el tratamiento, y sobre todo, vele por el buen estado de la dentina, la parte superficial de los dientes.
Existen en el mercado una gran variedad de cremas dentífricas flanqueadoras y de productos de parafarmacia con este objetivo. Hay hasta remedios caseros para blanquear los dientes. Nadie duda que funcionen. Sin embargo, en muchos casos usan elementos abrasivos que pueden desgastar el esmalte original.
Si la persona decide blanquear los dientes, la mejor opción es acudir a la clínica dental. Nuestros dientes son más sensibles de lo que parece, no tener una supervisión médica puede ocasionar efectos contraproducentes.
Ortodoncia.
A veces tenemos dientes mal colocados con una inclinación incorrecta que afean nuestra sonrisa. Debemos saber que aparte del efecto estético, las malas conclusiones dentarias tienen repercusiones sobre la salud. Favorecen la aparición de caries, los problemas en las encías y afectan a la mandíbula.
En la web de información OCU nos comentan que una parte de estos problemas se originan durante el periodo de sustitución de la dentadura de leche por la definitiva.
En nuestra infancia tenemos una dentadura formada por 20 piezas dentales. De manera progresiva, entre los 6 y los 12 años la sustituimos por la dentadura definitiva, formada por 28 piezas más las muelas del juicio, que aparecen un tiempo después.
Es frecuente que cuando salen los dientes definitivos no tengan espacio para emerger, y lo hagan agolpándose unos con otros o por lugares que no les corresponden. Se dan casos, en los que un diente traspasa la encía sin que hay caído el diente que debe sustituir, emergiendo por delante o detrás de él.
Se recomienda esperar a que se haya formado la dentadura por completo para corregir los problemas en la alineación de los dientes. Cosa que se produce entre los 12 y los 14 años. Sin embargo, en algunas situaciones se recurre a la ortodoncia infantil, interviniendo sobre la dentadura provisional. Los problemas que se aprecian a esa edad se pueden agravar en la edad adulta.
Tradicionalmente, se ha corregido la mala alineación de los dientes por medio de la ortodoncia de brakets. Los brakets son unos apósitos que presionan el diente y que se tensan con un nervio metálico, al que van ligados con gomas o por medio de cámaras internas de auto-ligado. En un principio eran metálicos, posteriormente se fabricaron en circonio o termoplástico traslúcido para darle una mejor apariencia estética.
Actualmente, la ortodoncia de brakets convive con la llamada ortodoncia invisible. En la que se utilizan correctores secuenciales removibles. Férulas de plástico hechas a medida, que van conduciendo los dientes del paciente a la posición deseada.
Para su elaboración se utilizan las últimas tecnologías. Como el escáner dental y el diseño por ordenador. Cada dos semanas el paciente acude a la clínica y el ortodoncista le fabrica una férula nueva con las variaciones que estime oportunas.
Este nuevo sistema es imperceptible a la vista, los demás no se darán cuenta de que lo llevamos. Además, las férulas se pueden quitar y poner para comer o lavarse los dientes.
La llegada de la navidad y del año nuevo es un momento ideal para plantearnos abordar los tratamientos dentales que necesitamos, pero hemos ido dejando pasar.