La edad mínima adecuada para iniciar un tratamiento de ortodoncia son los 12 años; sin embargo, hay casos en los que es recomendable comenzar antes para prevenir problemas futuros.
La ortodoncia corrige problemas de posicionamiento de los dientes y mala oclusión de la dentadura. Para iniciar un tratamiento, lo ideal es esperar a que la dentadura de leche haya sido reemplazada y se haya conformado, en lo fundamental, la dentadura definitiva.
El ortodoncista Jesús Ortega, director de Ortega Clinic, una clínica dental de Burgos especializada en ortodoncia infantil, con años de experiencia en el sector, opina que tratar los huesos de los dientes a edades tempranas es fundamental para cuidar su salud.
Y es que la mala oclusión de la dentadura no solo tiene un efecto estético. Influye en la respiración de los niños, en la correcta masticación y deglución de los alimentos y dificulta la pronunciación de las palabras.
La ortodoncia es un tratamiento que se aplica sobre todo en la edad adulta y en la adolescencia, pero estos son algunos casos en los que se propone en edades infantiles.
¿Qué corrige la ortodoncia?
Antes de entrar en materia, conviene recordar los problemas bucales que resuelve la ortodoncia, tanto para niños como para mayores. Esto nos permitirá comprender mejor la utilidad que puede tener para nuestros hijos.
- Maloclusión: La maloclusión se refiere a un incorrecto alineamiento de los dientes o las mandíbulas, lo que puede causar dificultades en la masticación, el habla y problemas estéticos. La ortodoncia trabaja para corregir este desalineamiento y mejorar la funcionalidad y apariencia de la boca.
- Apiñamiento dental: El apiñamiento dental ocurre cuando no hay suficiente espacio en la mandíbula para acomodar todos los dientes correctamente. La ortodoncia puede ayudar a redistribuir los dientes y lograr una alineación adecuada.
- Sobremordida: Una sobremordida ocurre cuando los dientes superiores cubren en exceso los dientes inferiores al morder. Este problema puede causar desgaste dental y problemas en las encías.
- Mordida cruzada: La mordida cruzada se produce cuando algunos dientes superiores muerden por dentro de los dientes inferiores. Este problema afecta la funcionalidad y el desarrollo de los huesos faciales.
- Mordida abierta: La mordida abierta se presenta cuando los dientes superiores e inferiores no se encuentran en contacto adecuado al morder. Con la ortodoncia se cierran estos espacios y se mejora la función masticatoria.
- Dientes girados o inclinados: Algunas personas presentan dientes que están girados o inclinados, lo que puede afectar la estética y funcionalidad de la boca.
- Problemas en el desarrollo maxilar o mandibular: La ortodoncia también puede utilizarse para corregir problemas en el desarrollo de los huesos maxilares o mandibulares, asegurando un crecimiento adecuado y una correcta alineación de los dientes.
- Problemas de mordida: Diferentes tipos de mordida, como la mordida profunda o la mordida abierta, pueden afectar la función masticatoria y la estabilidad de los dientes. La ortodoncia aborda estos problemas para mejorar la salud oral en general.
Casos en los que aplicar la ortodoncia a los niños.
La revista Gaceta Dental explica que desde los 6 a los 12 años, los niños tienen una dentadura mixta. Es decir, su dentadura está formada por una mezcla entre dientes de leche y otros definitivos que han reemplazado las piezas provisionales.
A esta edad, algunos tratamientos de ortodoncia pueden ayudar a resolver problemas de oclusión de la dentadura, de irrupción anómala de nuevos dientes y, sobre todo, facilita un desarrollo correcto de la estructura maxilofacial del niño. Sin embargo, a estas edades hay que ser precavidos, ya que ni los huesos, ni la dentadura están del todo formados y se pueden crear problemas de complicada solución.
Estos son algunos casos especiales en los que es recomendable iniciar un tratamiento de ortodoncia antes de los 12 años.
- Maloclusión severa:
La maloclusión severa puede afectar la función masticatoria y el desarrollo facial. Tratar esto en la infancia permite guiar el crecimiento de los huesos maxilares de manera más efectiva, corrigiendo el problema de una manera integral. En niños, se pueden utilizar aparatos ortopédicos para influir en el desarrollo óseo, que serían menos efectivos en pacientes mayores.
- Apiñamiento dental significativo:
El apiñamiento dental puede afectar la alineación y la apariencia estética de la boca del niño. Para explicarlo de una forma un tanto popular, sería cuando los dientes de los niños se agolpan de tal manera, que unos chocan contra otros dificultando su emergencia. Tratarlo durante la infancia ayuda a aprovechar el espacio de manera más efectiva mientras los dientes están en desarrollo.
En niños, se pueden utilizar dispositivos específicos para expandir el arco dental y crear espacio suficiente para que los dientes salgan adecuadamente.
- Mordida cruzada y mordida abierta:
Corregir una mordida cruzada o abierta tempranamente es crucial para prevenir problemas en el desarrollo de los huesos maxilares y mandibulares.
En una mordida cruzada, ya sea anterior o posterior, los dientes superiores se posicionan por dentro o por detrás de los inferiores al cerrar la boca. Esto puede deberse a un crecimiento desigual de los huesos maxilares y mandibulares. Por otro lado, en una mordida abierta, existe un espacio visible entre los dientes superiores e inferiores al cerrar la mandíbula, a menudo vinculado a hábitos orales como chuparse el pulgar o un desarrollo inadecuado de los huesos.
Ambas oclusiones pueden generar problemas en la función masticatoria, provocar desgaste anormal de los dientes y afectar la estética facial. La mordida cruzada puede llevar a una masticación desigual y asimétrica, mientras que la mordida abierta puede influir en el habla y la apariencia estética.
En ambos casos se pueden emplear aparatos específicos, como expansores palatinos, para corregir estas mordidas mientras los huesos son más maleables.
- Problemas de desarrollo maxilar:
En la infancia, los problemas de desarrollo mandibular o maxilar más frecuentes incluyen malformaciones que afectan el crecimiento adecuado de los huesos faciales. La mandíbula o maxilar inferior pueden desarrollarse de manera desigual, provocando maloclusiones como la mordida cruzada o la retrognatia.
La retrognatia se refiere a una mandíbula inferior que se encuentra más hacia atrás de lo normal, lo que afecta negativamente a la alineación de los dientes. Estos problemas pueden ser hereditarios o surgir debido a factores ambientales.
Es fundamental abordarlos en la infancia mediante tratamientos de ortodoncia y ortopedia dentofacial para influir en el crecimiento óseo de manera efectiva y prevenir complicaciones a medida que el niño crece.
- Hábitos Orales Destructivos:
Vicios como chuparse el pulgar, usar chupetes hasta una edad avanzada, como pueden ser los 4 años o tener hábitos de succión, puede afectar la alineación de los dientes y el desarrollo de la mandíbula.
En estos casos, los niños deben recibir orientación temprana para superar estos hábitos, lo que puede prevenir problemas futuros en la boca.
La principal diferencia en el tratamiento de ortodoncia en niños, respecto a la que se aplica en adultos o adolescentes, radica en la capacidad de influir en el crecimiento y desarrollo óseo. En esta etapa, se pueden utilizar aparatos específicos para guiar la posición de los dientes y los huesos de manera más efectiva que en pacientes cuyo crecimiento facial ya está más avanzado. Esto requiere un enfoque específico adaptado a la edad y a las condiciones anatómicas del niño.
Para aplicar un tratamiento de ortodoncia en un niño y determinar el tratamiento adecuado, es necesario realizar un análisis concreto del caso, siempre realizado por un profesional especializado.
La ortodoncia invisible en niños.
La ortodoncia invisible o Invisalign también ha llegado al campo de la ortodoncia infantil. Puede ser una solución interesante, ya que es más cómoda de llevar que la tradicional ortodoncia de brackets. Por otro lado, afecta menos a la autoestima del niño, puesto que pasa desapercibida y crea menos complejos. Sabemos lo crueles que pueden llegar a ser algunos niños cuando ven a otro que lleva un aparato dental.
El doctor Khaled Kasem, jefe de ortodoncistas de Impress, una empresa que se encuentra a la cabeza en la producción de correctores removibles, comenta al periódico Mundo Deportivo que la ortodoncia invisible, en su opinión, está indicada para pacientes con una madurez bucal avanzada y con un sentido de la responsabilidad adecuado al seguimiento de este tratamiento.
Por tanto, bajo su punto de vista, los niños menores de 12 años no son los pacientes más adecuados para este tipo de ortodoncia. Un paciente con ortodoncia invisible debe quitarse la férula cada vez que ingiera una comida o una bebida. Debe lavarse de inmediato los dientes, siempre con el corrector quitado y seguir las instrucciones del ortodoncista para la limpieza la férula plástica. Esto es clave para impedir que el corrector se deforme y conseguir un resultado óptimo.
Tal vez, demasiada responsabilidad para un niño. No hay que preocuparse, existen alternativas como el uso de ortodoncias de brackets fabricadas con termoplástico traslúcido, regulables, que dan una apariencia transparente y que pueden ser más adecuadas para un niño.
Debemos partir de que la ortodoncia infantil tiene sus particularidades y que es diferente a los tratamientos que se aplican en adolescentes y adultos. Por tanto, no podemos hacer un paralelismo entre ambos.