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Destinos de Ensueño: Nueva Zelanda

Después de un año ahorrando por fin estaba a un paso de mi objetivo, pasar un par de meses en Nueva Zelanda.

Ya desde pequeña tenía fijación por este país, puede que la mía fuese una visión algo idílica y fantasiosa pero su belleza natural, y animales (principalmente koalas y canguros) se sumaban a mis muchas razones por las que se convertía en mi destino principal.

Muchos amigos me comentaban por qué no elegir un destino más asequible y sencillo, pero a mí siempre me habían gustado los retos y cuando algo se me metía entre ceja y ceja, ya no había marcha atrás.

Mi vuelo salía de Barcelona, así que para empezar bien el viaje pasé mi última noche en Mercer Barcelona, mi hotel favorito de la Ciudad Condal, un hotel de lujo situado en el corazón del Barrio Gótico. Lo que más me gusta de este Hotel es que está construido sobre una parte de la muralla romana de la antigua Barcino y cuenta con arcos medievales y frescos originales del S XII.

Siempre me inspira pasar una noche en este Hotel, por eso me pareció el lugar perfecto desde el que empezar mi viaje.

Para poder conseguir mi objetivo terminé adaptando muchos aspectos de mi vida a mi propósito, de hecho, ahora mismo vivo de escribir artículos a modo de guía de viaje para españoles que quieren viajar a Australia.

Me he convertido en una experta del país, y ahora que llevo varios meses viviendo en las antípodas, todavía lo soy más.

Un Saludo Diferente: el Hongui.

Pensaba que lo que más me iba a gustar de Nueva Zelanda iban a ser los animales y su Naturaleza, pero al final una de las cosas que más me llamó fue el saludo Hongui. Recordaba haberlo visto en “Whale Ryder” una película que transcurre en Nueva Zelanda, y otra de las razones por las que me había enamorado de este país.

La cultura maorí me resulta un aliciente más de mi visita. Es cierto que el pueblo maorí se ha integrado completamente a la sociedad neozelandesa, pero mantiene muy presentes sus ancestrales raíces.

Este saludo tradicional maorí, puede ser lo que nosotros conocemos como el típico saludo en el que estrechamos la mano. Ahora bien, la particularidad en este saludo maorí radica en su significado, puesto que la acción se realiza juntando la nariz con la frente de la persona a la que estás saludando, los dos al mismo tiempo.

Algo así como un beso de nomo, pero a lo tribal. El hongui tiene, principalmente dos escenarios. Por un lado, en las reuniones tradicionales maoríes y en las ceremonias protocolarias. El saludo no es algo trivial, se transmite respeto con él, y por lo tanto no es algo que vayamos a recibir si vamos como turistas.

El hongui es especial y consigue que dos personas se conjuguen en un mismo tiempo y espacio. Esto se consigue con el también llamado, aliento de la vida. Con el saludo las dos personas respiran al mismo tiempo, compartiendo un aire que deja de ser ajeno y pasa a ser un nexo común.

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