A petición de la Comisión Europea, la European Food Safety Authority (EFSA) ha realizado un dictamen científico que señala que “el consumo de aceite de oliva rico en prolifenoles contribuye a la protección del daño oxidativo de los lípidos en sangre”. El aceite de oliva es por inmensas cualidades el emblema de la dieta mediterránea, su composición en ácidos grasos saturados (AGS), poliinsaturados (AGP) y principalmente monoinsaturados (AGM) nos ayudan a reducir en el organismo los niveles de colesterol “malo” o LDL y aumentar los niveles del colesterol “bueno” o HDL, además de reducir la presión arterial, proteger de la oxidación, la inflamación, disminuir la tendencia de la sangre a formar trombos y favorecer la salud cardiovascular.
El colesterol afecta a nuestro organismo produciendo que los lípidos presentes en la sangre se alojen y concentren en las paredes de las arterias del cuerpo humano provocando importantes enfermedades cardiovasculares. La Agencia Americana para la alimentación y los fármacos (FDA) ha concluido que dos cucharadas diarias de aceite de oliva, unos 30 ml., pueden prevenir las enfermedades coronarias cuando sustituyen a la grasa saturada. En este sentido, una de las organizaciones que buscan transmitir las bondades del aceite es el Centro de Interpretación Olivar y Aceite de Jaén, el cual nosotros os recomendamos, dado que se trata de una asociación sin ánimo de lucro que persigue transmitir la pasión por el mundo del aceite de oliva y promocionar el producto mediante talleres de cata, de cocina, rutas, etc.
Otros beneficios que el consumo de aceite de oliva aporta a nuestro organismo son:
- Reduce la incidencia de determinados cánceres. Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Navarra y el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) se ha concluido que seguir una dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen extra puede contribuir a reducir el riesgo de cáncer de mama en un 68 %. En el caso de que la enfermedad ya existiese las investigaciones indican que las grasa contenidas en el aceite modulan el proceso clínico de la enfermedad, frenado su progresión.
- Previene del deterioro cognitivo y del Alzheimer. El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que cursa con una inflamación del cerebro. Está comprobado que una molécula presente en la composición del aceite de oliva denominada oleocanthal, es un potente antiinflamatorio natural que ayuda a reducir la inflamación del cerebro, protege la memoria y la capacidad de aprendizaje y reduce la formación de placas beta-amiloide… previniendo, retardando y/o manteniendo la progresión de este importante deterioro cognitivo.
- Mejora el metabolismo de la glucosa y la diabetes. La diabetes mellitus es una de las enfermedades de mayor prevalencia en los países desarrollados, su desarrollo está unido a factores genéticos y al tipo de alimentación. Estudios realizados demuestran que la ingesta de una dieta mediterránea rica en aceite de oliva reduce los niveles de glucosa en sangre.
- Reduce la tensión arterial. La presión arterial alta conocida como hipertensión, aunque no provoca síntomas claros o evidentes, si se descuida dar lugar a enfermedades peligrosas, por lo que una dieta enriquecida con aceite de oliva virgen es capaz de reducir la presión arterial en pacientes hipertensos.
- Retrasa el envejecimiento al evitar la oxidación de las células.
¿Cuáles son los aceites de oliva que podemos encontrar?
Los distintos tipos de aceites de oliva que podemos encontrar en el mercado son:
- Aceite de oliva virgen. Producidos directamente a partir del zumo de la aceituna, el cual se puede extraer por diversos procedimientos ya sean mecánicos o físicos. Se pueden clasificar en:
-Aceite de oliva virgen extra, con una acidez igual o menor al 0,8 %.
-Aceite de oliva virgen, con una acidez igual o menor al 2 %.
-Aceite de oliva lampante con una acidez mayor al 2 % destinado a las industrias de refinado.
- Aceite de oliva refinado. Obtenido a partir de aceites de oliva vírgenes sometidos a un proceso de refinado. Su grado de acidez final será igual o inferior al 0,3 %.
- Aceite de oliva. Compuesto exclusivamente por mezclas de aceites de oliva refinados y aceites de oliva vírgenes distintos del lampante. Su grado de acidez final será igual o inferior al 1 %.
- Aceite de orujo de oliva crudo. Obtenido por tratamiento con disolvente del orujo de oliva.
- Aceite de orujo de oliva refinado. Obtenido por refinamiento del anterior. Su grado de acidez final es igual o inferior al 0,3 %.
- Aceite de orujo de oliva. Obtenido por mezclas de aceite de orujo de oliva refinado y de aceites de oliva vírgenes distintos del lampante. Su grado de acidez final será igual o inferior al 1 %.