Existe un tópico muy extendido que dice en verano se tiene que ir a la playa y en invierno a la montaña. Rememorando una de las clásicas frases del ex entrenador del Real Madrid, Mourinhio, ¿Por qué? Porqué este tópico si el verano es uno de los mejores momentos para disfrutar de momentos inolvidables en el campo.
Desde que tenía seis años he estado yendo al campo de excursión casi todos los veranos. Esto fue gracias a mis padres, que decidieron que pasar todo el verano en casa no era muy productivo, y por tanto me mandaron a un campamento de verano con mi hermana, que estaba en un grupo Scout.
El ser parte de un grupo Scout trajo a mi vida una de las grandes pasiones que mueven la tierra, el amor por la naturaleza. A pesar de lo que se pueda pensar, los grupos scouts promueven un estilo de vida sano, en el que la naturaleza es nuestra alidada, y por tanto ha de cuidarse para que podamos seguir disfrutándola.
Siempre pensé que cuando tuviera hijos, quería que mis hijos experimentaran la diversión que supone acampar en el campo. Ya que existen muchas actividades que se pueden realizar, y tampoco viene mal desconectar por un tiempo del estrés y la rapidez de las comunicaciones de la ciudad. El año pasado conseguí convencer a mi mujer para ir de acampada toda la familia, y hoy os traemos los puntos para tener en cuenta cuando se va de acampada familiar.
En primer lugar, hay que elegir el sitio, esto es fundamental, ya que nos permitirá realizar diferentes actividades en función del lugar en el que estemos. Dado que en verano hace mucho calor, es preferible acampar en campings con piscina o pozas naturales para refrescarnos. También hay que comprobar que haya cerca un pueblo para poder comprar suministros.
En segundo lugar, los suministros también son un punto a tener en cuenta. Es preferible llevar todos los suministros necesarios para la acampada, entre ellos hay que comprobar que disponemos de agua suficiente, pastillas potabilizadoras, comida, repelente de mosquitos,gas, luz, baterías para los teléfonos… Existen baterías portátiles que permiten recargar nuestro móvil sin tener enchufes cerca, e incluso con luz solar.
En tercer lugar hay que llevar ropa y calzado adecuado, porque a pesar de lo que se pueda pensar, en el campo se lleva ropa específica. Se necesitan pantalones largos con resistencia a las rozaduras, y camisetas transpirables, además de botas de montaña para que nuestros pies estén seguros. También quiero recordar que el sol pega igual de fuerte tanto en la montaña como en cualquier otro sitio, por eso es importante la crema solar.
En caso de ruta a pie
Si decidimos hacer una pequeña ruta, dado que es verano y las temperaturas son altas, tenemos que planear la ruta. Para ello necesitamos llevar mapa y gps, porque los dispositivos electrónicos pueden fallar. saber ubicarse es clave. Al igual que con la elección del campamento, hay que viajar cerca de lugares donde sea posible refrescarse y llenar las cantimploras.
Optar por rutas en bicicleta hará que las rutas sean más sencillas. En este caso hay que llevar alforjas con kits de reparación para los casos de pinchazo, así como disponer de alguien que pueda venir a recogernos en caso de emergencia. Un consejo importante es ser realista con los objetivos marcados, sobre todo si vamos con niños, porque la montaña no perdona los errores, y no todos tienen los mismos ritmos y/o capacidades.
Esto es algo que me pasó a mi el verano pasado, decidí ir a un camping de Albacete, y elegí una ruta que pasaba por lugares preciosos. Pero no caí que con las mochilas, la comida y demás provisiones, la ruta se hacía muy difícil. A mitad de camino nos encontramos con el Cortijo El Sapillo, una casa rural situada en Nerpio con más de 300 hectáreas de coto de caza, y que ofrece una gran carta de actividades para realizar, como espeleología, pesca o senderismo. De hecho este verano vamos de vacaciones a este cortijo.
En conclusión, hay que huir del tópico de que en verano no se va a la montaña.