18 julio, 2017
Me paso casi todo el día encerrada en mi diminuto apartamento, eso es lo que tiene trabajar en casa, que pasa a ser tu campo de batalla, y muchas veces la organización brilla por su ausencia. Tendríais que verme con el ordenador dentro de la cama, con la peor postura del mundo, fatal para la espalda, que así la tengo de destrozada. Y no es que sea una maldita baga, pero es que no habéis visto la única mesa de la que dispongo, que además de enana, está a punto de rompérsele una de las patas. Y las sillas… son de playa… en serio soy un auténtico desastre.